domingo, 25 de septiembre de 2011

El hijo único de la banda que NO fue: Sangre Asteka (1991)


Entre los discos míticos del rock mexicano bien se puede contar el debut homónimo de Sangre Azteca. Mítico por varias razones; la primera se refiere a que fue una producción que marco senderos que a la postre, serian sumamente transitados.  El, hoy en día tan explotado, binomio de acordeón y guitarra eléctrica en el rock mexicano tiene una deuda enorme con la dupla conformada por Humberto Álvarez y José Manuel Aguilera (acordeonista y guitarrista respectivamente). Además de su característico, novato y primigenio sonido, el disco debut de Sangre Asteka es una pieza importante para entender la evolución del buen Aguilera y su barranqueño sonido. Para los que somos fanáticos de la música que emana y hace eco en  La Barranca, es muy grato y sorprendente escuchar en vivo una rola como Tonantzin, (parte del disco Sangre Asteka). 
Otra buena razón que hace de esta producción un objeto de culto, y que aunque respaldada por lo musical, obedece más a ese espíritu del coleccionista, es que el disco fue editado una sola vez y desde ahí ya no ha vuelto a aparecer. Urge una re-edición delux de esas que abundan en los catálogos extranjeros, y que por desgracia brillan por su ausencia en el rock nacional… ¿dónde están las disqueras cuando se les necesita? ¿Is there anybody out there… out there..?
Es curioso que aun hoy, en plena crisis del disco y de los formatos físicos en general, las discográficas nacionales no se den cuenta del potencial comercial que tiene la veta de las re-ediciones. Si bien es cierto que los llamados clásicos nunca dejan de estar disponibles en las tiendas, estos productos son meras re-impresiones (copias a la calca) que no ofrecen nada nuevo al escucha. Mientras en el extranjero aparecen varias re-ediciones con material interesante a la semana, aquí no sucede así. Se antoja un día ver anunciada una re-edición de Sangre Asteka que recoja rarezas como esta: Huellas en el Desierto. Verdadera reliquia tomada del usuario de Youtube ELLUISINHO32.



Dentro de las páginas que dan cuerpo al libro La vida en la Barranca de David Cortés hay un capitulo (pág. 31- 44) dedicado a trazar el contexto en que se gestó el disco Sangre Asteka. En dicho capítulo el autor nos dice que Humberto Álvarez y José Manuel Aguilera se conocieron  por medio del baterista César “Perico Calderón; quien era compañero de Álvarez en el grupo Música y Contracultura (MCC). Después de esta presentación José Manuel y Humberto se toparon en una exposición, y fue ahí donde se comenzó a hablar de la posibilidad de crear música juntos. Humberto Álvarez ya tenia experiencia dentro del estudio de grabación, ya que unos años atrás se había encargado de tocar los teclados en el disco de la banda Casino Shanghai. Por su parte José Manuel Aguilera tenía dentro de su currículum vitae, el haber sido parte de bandas como El Fracaso (que en su nombre llevaba su penitencia) y del trío Fragmentos. Ninguna de las dos bandas logró dejar algún disco como evidencia de su existencia. Entre la dupla de Álvarez y Aguilera, este último era el novato.

David Cortés hace ver como, paradójicamente, el arribo de José Manuel Aguilera se dio en el momento en que Sangre Asteka estaba por disolverse, pero al mismo tiempo, la llegada del novel guitarrista daría el suficiente impulso como para que la agrupación pudiera sacar un único disco a la luz. Ya con un disco bajo el brazo Sangre Asteka dejaría de existir. La historia de Sangre Asteka bien podría titularse “La banda que no fue”. Renació rápidamente para morir de manera fugaz y dejar tras de sí un hermoso cadáver.

Esta intermitencia en la vida de Sangre Asteka se ve de manera más clara cuando se pasa lista a los integrantes que pasaron por sus filas: en primer lugar tenemos que nombrar al amo y señor del nombre y concepto del grupo: Humberto Álvarez. Después debemos darle su merecido lugar al que impulsó y mucho ayudó a crear ese sonido tan distintivo y arriesgado de Sangre Asteka; me refiero a José Manuel Aguilera. Estos dos tipos fueron la base “fija” de aquella banda, pero entre su nómina también se cuentan a los bateristas Tizoc Briceño, Federico Luna, Bola Domene y Julio Morán, a los bajistas Lorenzo “El Pollo” Lagrava, Federico Fong y Daniel Soberanes; la novia de este último, Alda Reuter toco las percusiones durante un tiempo y a Ron Barlett, quien aunque era un músico de estudio en San Diego, terminó por tocar la batería durante la grabación del disco debut.



Grabado en los recién fundados estudios Signatura Sound (propiedad de Luis Arteaga, otro Fracasado como Aguilera) durante Abril y Junio de 1990, teniendo como base la música y las letras de Álvarez y Aguilera (cuatro canciones del acordeonista, tres del guitarrista y cuatro firmadas a la par),  y como acompañamiento la batería de Daniel Soberanes, las percusiones de Alda Reuter y la batería del músico de estudio Ron Barlett , Sangre Asteka (el disco)  vio la luz en 1991 (¿o en 1990?).

En el libro La vida en la Barranca David Cortés habla de que la producción fue editada en 1991 por la disquera Opción Sónica, mientras que en el Catálogo subjetivo y segregacionista del Rock Mexicano Antonio Malacara Palacios le pone fecha de 1990 y además lo pone dentro del catálogo de la disquera independiente Lejos del paraíso; aunque afirma que sólo apareció en formato de CD.
Por mi parte puedo decir que yo tengo el debut de Sangre Asteka en formato de casete y viene etiquetado como parte del catálogo de Lejos de paraíso (código CGLP 011 – 1991) Además de la confusión de fechas y disqueras, tanto David Cortés como Malacara Palacios citan un tracklist que difiere de la presentación en casete que yo tengo. Esto me hace pensar que tanto Cortes como Malacara citan la versión en CD aunque uno la atribuya a la disquera Opcion Sónica y otro a Lejos del paraíso (el primero dice que del 91´, el segundo que del 90´) En lo personal (sobre todo por las fechas de grabación) me inclino más a pensar que la primera edición de Sangre Asteka debió de lanzarla Lejos del paraíso  en CD  y en casete en 1991 (y no en 1990 como lo dice Antonio Malacara) para después ser re-lanzada por Opción Sónica, una disquera con un poco más de presencia comercial.

El tracklist del Cd es: Cuauhtemoc, Hay otros mundos, La resistencia, Basta ya, Como se cura, Cholos, Tonatzin, Inesperado, Nos armaron de valor, Al ras y cierra con Polca chilanga.
Por su parte el casete avanza de la siguiente manera:
Lado A:
Cuauhtemóc, Hay otros mundos, Como se cura, Basta ya, Tonantzin.
Lado B:
Nos armaron de valor, Cholos, La resistencia, Polca chilanga, Inesperado, Al ras.



Para cuando el disco homónimo de Sangre Asteka estuvo rodando en las calles, la banda prácticamente ya no existía. Después de una fugaz participación de Federico Fong en el bajo, se reunió una última formación con Daniel Soberanes, Alda Reuter y el baterista Julio Morán, para sacar adelante algunos compromisos; después de eso ya no hubo nada más. Sobre los motivos de la ruptura, además de la poca cohesión en sus miembros, David Cortés cita a José Manuel Aguilera:

Pero la situación se vuelve insostenible y finalmente desaparece la banda, dejando como legado un disco: “Las condiciones externas siempre pesan en este país porque no están diseñadas para alentar la existencia ni de los grupos, ni de la música, ni de los músicos. En el caso de Sangre Asteka había dos problemas, uno de índole personal y otro musical, que finalmente fueron irreconciliables. De un lado, Humberto ya no quería vivir aquí, lo cual complicaba mucho la situación, incluso ya no quería tocar, concretamente no quería tocar rock, que esa era la otra parte irresoluble del conflicto, yo sí quería seguir tocando rock, quería seguir haciendo música, quería seguir en la onda de hacer una banda” (pág. 43 – 44)

Humberto Álvarez ya no quería tocar rock, y de hecho no lo hizo; por el contrario se fue por una vertiente totalmente ajena al sonido de lo eléctrico. Se enfrascó en una búsqueda que lo llevó a descubrir la Sonoterapia. En su página oficial http://humbertoalvarez.com/ nos da una pequeña muestra del fascinante trabajo que realiza en estos momentos, trabajo que lo mismo abarca  música, poemas, talleres y cursos.


Por su parte José Manuel Aguilera quería formar una banda y en el camino para lograrlo dejó un legado de excelente música repartida entre distintos proyectos y en varios discos como Odio Fonky. Tomas de buró, el Rain of Fire del multicultural Nine Rain  y el Equilibrio de los Jaguares. Para entender la propuesta de La Barranca hay que pasar revista a todos estos discos, pero igual de importante es escuchar atentamente la propuesta, un tanto amateur tanto en grabación como en ejecución,  del debut homónimo de Sangre Asteka.



Aquí les dejo la versión digital del casete Sangre Asteka (Lejos del Paraíso, 1991)


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