miércoles, 1 de diciembre de 2010

¿De qué sexo
es el sida?
Del nuestro
Del nuestro.
Dante Medina.


Hoy primero de Diciembre se celebra el Día Mundial de la Lucha contra el Sida. Una enfermedad que ya pasó a ser parte de los signos que marcan nuestro tiempo, porque nos guste o no a la postre (además del boom de la tecnología) habremos vívido en la época del Sida.
Mucho se habla de los distintos y terribles efectos que tiene esta enfermedad, tanto biológicos, como físicos, psicológicos, sociales y económicos. Que se resalte el aspecto negativo del Sida no es gratuito; el que nuestro sistema inmunológico pueda y sea mermado poco a poco no es cosa de juego. Un asunto tan delicado como ese debe ser abordado con conocimiento, ética y tesón. Lo entiendo y lo apoyo. Es por este mismo cariz de solemnidad que rodea al Sida, que me sorprende encontrarme con las líneas que dan cuerpo a Poemas de amor para vivir con el Sida del escritor Dante Medina (Jalisco, México. 1954). Dicho poemario está incluido en la recopilación de textos perdidos (es decir inéditos o que aparecieron sueltos en revistas, suplementos o lecturas y no en una obra per se del autor; digamos que son como los lados B o las rarezas en la música) La musa fea (Secretaría de Cultura de Jalisco y Universidad de Guadalajara, 2006).



Indalecio Dante Medina Magaña. Este autor nacido en Jilotlán de los Dolores volcó su mirada hacia otra arista del Sida (una poco abordada a mi parecer): El Sida como catalizador de Amor.
¿Qué sucede al interior de una pareja cuando el VIH se convierte en el tercero en discordia? Bueno, para empezar habría que preguntarse si lo que despierta ese menage a trois en verdad es discordia. Este tipo de asuntos estan a miles de kilometros de las fronteras que demarcan  la Medicina o la Economía, por mencionar dos formas de mirar al Sida. Quizás el Sida dentro de la pareja sea un tema más cercano a la Psicología, sí, pero por cuestiones metodológicas y terapeuticas, se abordaría con la pulcritud de un divan; entonces sería imposible dar cabida a expresiones tan pasionalmente personales como:

Doloroso
y
Feliz
               acontecimiento
         (paradoja de Dios)
Que haya hecho falta
Una enfermedad
Para que seamos felices
El uno al otro
(Pág.42)
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¿A quién de los dos
le tocó
esta ruleta
del sida?

Poco importa
Ahora lo compartimos
Y nos amamos
(Pág. 43)
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Los poemas que Dante Medina dedicó al Sida y al Amor (según yo entiendo en ese orden de aparición) son breves, apenas unas cuantas líneas aquí y otras pocas allá; esto mismo sorprende. La brevedad y lo coloquial de los poemas me asombran debido a que yo estoy acostumbrado (como la gran mayoría de nosotros) a ver al Sida como un tema con mayúsculas por doquier (esto lo digo sin ningún animo de minimizarlo, ¡Vamos!todavía tengo un poco de decencia), pero de repente aparecen palabras tan simples en frases tan breves y concisas que hablan inocentemente de cosas tan serias que no me queda de otra que hacer una reverencia. Me quito el sombrero ante algo como esto:

Tener sida
es un secreto
de ambos

Tan íntimo

Como tener un hijo
(Pág 52)
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Tanta ternura respecto a la enfermedad del Siglo no me cabe en la cabeza. No me veo como el padre de un hijo tan rapaz. Pero mi temor no me debe de cegar, es decir tampoco puedo negar que Dante Medina logra su cometido: sacar a la luz una nueva cara del Sida. Su acierto es lograr el tan añorado punto medio, no son cifras frías pero tampoco son un caudal de lágrimas; ni tan catastrófico ni tan melodramático. Encantadoramente cotidiano, eso precisamente eso... Cotidiano.

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Leonard Cohen tiene un poemario (creo que fue el primero que escribió) titulado Comparemos mitologías, el cual dedicó a su padre. El título me sigue pareciendo perfecto para un libro dedicado a un padre, ¿no?. Ahora quisiera tomar prestado ese título y devolverselo a su dueño, del padre para el hijo. Ahora pasemos a comparar las mitologías no de Cohen con su padre sino de Leonard Cohen con Dante Medina respecto al Sida.

Dice Dante Medina:

El preservativo
es la máscara
del sida

                    Yo te prefiero desnudo
(Pág. 50)

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Por otra parte, en su emblemática canción  Everybody Knows (del disco Im your man, 1988) Leonard Cohen nos dice que:

Todo el mundo sabe que se acerca la Peste/
Todo el mundo sabe que avanza deprisa/
Todo el mundo sabe que el hombre y la mujer desnudos/
Sólo son un brillante artificio del pasado/
Todo el mundo sabe que la escena está anticuada/
Pero habrá un contador en tu cama/
Que revelará/
Lo que todo el mundo sabe/

(La traducción forma parte del libro Leonard Cohen. Canciones Vol. 2 de Alberto Manzano. Editorial Espiral, España, 1998, pág. 149)
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Tanto la mitología del canadiense como la del mexicano le reclaman al Sida lo mismo: las trabas que le puso a la piel desnuda.
Cohen, el mujeriego zen, siente nostalgia por ese brillante artificio del pasado; Medina, el que le canta a la musa fea, lo lanza sin aspavientos: Yo te prefiero desnudo.

Todos estamos en la jugada.
Yo no se por qué "riesgo" es masculino, si es tan femeninamente seductor.
Cotidiano, eso es... cotidiano.
Eh ahí lo escalofriante.

No
hay
mejor sida

Que el que
no se tiene
(Pág. 36)

domingo, 17 de octubre de 2010

Im the balls-licker of the Universe… (In GDL)

Plenipotenciarios.
Pleni – potenciarios.
Pleni – poten – ciarios.
Ple – ni –po- ten- ci-a-ri-os.
P-l-e-n-i-p-o-t-e-n-c-i-a-r-i-o-s.
No.
Me lo temía: ni deletreada deja de sonar mamona
Vaya palabrita tan pedante, y los que vivimos en Jalisco hemos tenido que aguantarla, por lo menos, durante un mes (quizás un poco más). Lastimosamente así es, por aquí por el barrio andan sueltos los Plenipotenciarios; me imagino que se escribe así, con  mayúscula al inicio, si no, no serían Plenipotenciarios y después de todo ¿quién chingados soy yo para regatearles algo de nobleza? Están encerrados, por ahí quién sabe donde, charlando amena y tranquilamente con esa gracia natural que solamente otorga la diplomacia. En la vida cotidiana, en las calles que recorremos todos nosotros, en los tratos que tenemos a diario, a la diplomacia la conocemos con el nombre de hipocresía, pero eso es otro asunto (¿”cortesía”? ¡No! Eso es otra cosa; el matiz es fino pero existe).
Tengo una mente de A a B sin escalas. No logro imaginar como es despertarse todos los días y decir: Good day sunshine… soy un Plenipotenciario. No dudo de que sea una gran forma de romper el hielo: “Hola soy Jeget y soy Plenipotenciario. ¿Y tú que haces de tu vida?”, pero me es difícil visualizarlo. Si no puedo concebir a una persona así, mucho menos a un montón de ellos reunidos en una misma sala. Ojalá que se les haya prendido el foco y hayan mandado imprimir etiquetas con: Hello my name is: (seguido de un fino garabateado) Plenipotenciario. De no ser así, aquello ha de ser un caos.

Bueno, ellos están por estos lares, disfrutando la preciosa ciudad que los rodea ―mientras no vayan más allá del perímetro permitido (tourist only) todo estará bien, porque me duele decirlo pero esta ciudad es una especie de teatro de Cachirulo; toda entraña es mórbida se darán tiempo de discutir “la agenda”, que dicho sea de paso nunca concuerda con la nuestra. Es plática de adultos, ustedes saben, nada que sea de nuestra incumbencia, ni nada que podamos comprender.
El mote de “Plenipotenciario” ha de ser mucho peso para un solo gafete. Son de esos títulos que, por más que busques u ofrezcas,  no los consigues en el mercado negro. Hasta la fayuca tiene sus límites. Sin que nos tiemble la mano podemos colocarlo a la altura de otros magnánimos adjetivos como: Capo, Amo, Rey o Señor, y no cualquier señor sino… Señor del Universo.
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Dejemos hablar a los que saben.
Lo que sigue es un gran préstamo que le pido al escritor José Agustín:
En 1948, Jack Kerouac bautizó a su grupo y a la vez definió a la gente de su edad: “Es una especie de furtividad, como que somos una generación de furtivos”, le dijo a Clellon Holmes, quien lo transcribió en Go, la primera, y según dicen muy buena, novela sobre los beats, publicada en 1952; “una especie de ya no poder más y una fatiga de todas las formas todas las convenciones del mundo… Por ahí va la cosa. Así es que creo que puedes decir que somos a beat generation”, o sea una generación exhausta, golpeada, engañada, derrotada. Herb Huncle (célebre conecte y  gandalla intelectual de Times Square que surtía a William Burruoughs) le había pegado a Kerouac ese uso de la palabra “beat”, y a su vez él lo había levantando del ambiente del jazz y de la droga, donde, por ejemplo, se decía: “I´m beat right down to my socks”, algo así como “estoy molido hasta las chanclas”, “estoy madreadísimo”, “ya no puedo más”. Otros dicen que “beat” más bien significaba “engañado”, es decir, que la droga que se conectó era chafa. En todo caso, también usaban el término como participio del verbo “to beat” (deberían ser “beaten”, pero en las mutaciones alquímicas del caló el sufijo se perdió), así es que para Kerouac “beat” también implicaba “golpeado” y “derrotado”. Con el tiempo la palabra derivó en “beatnik” y, por supuesto en Beatles. Años después, Allen Ginsberg diría que “beat” era una abreviación de “beatífico” o de “beatitud”; Jack Kerouac coincidió, y En el camino asentó, refiriéndose a Neal Cassady - Dean Moriarty: “Era BEAT: la raíz, el alma de Beatífico.”Los dos tenían razón pues la religiosidad era profundísima entre los beats, además de que se caracterizaron por la entrega y la devoción con que emprendieron sus proyectos, por lo que pueden considerarse como individuos de una pureza insólita en tiempos cada vez más corruptos y deshumanizados.” ( Agustín, José. La contracultura en México. Editorial Grijalbo, De bolsillo, 2004. México, D.F. Pág. 22 -23)

De todas las acepciones a las cuales se refiere José Agustín (derrotado, droga chafa, participio del beaten, etc…) Donovan Leitch se decanta por la de “beat” como raíz de beatitud. Así lo hizo ver Donovan el trovador, en su disco del 2004 Beat Cafe. Este disco lo podemos resguardar en el anaquel rotulado con el letrero de “Disco conceptuales”, ya que de inicio a fin sigue una temática fija (tanto en el sonido del disco, como en la parte lírica y el arte del mismo, arte que corre a cargo del propio Donovan); dicha temática es la de recrear el ambiente de los cafés beats de los años 50´s y 60´s. Donovan sabe de lo que habla, por que él mismo fue, y es, una de las figuras capitales de la contracultura que se desarrolló, sobre todo en los 60´s. Cuando la fiebre beat estaba en su apogeo y la cultura hippie estaba comenzando a escalar peldaños, Donovan estaba entregando al mundo himnos como Atlantis, Sunshine Superman, Cosmic Wheels o Catch the Wind. Es por esto que Beat Cafe (el disco) suena genuino y exhala un aire de autenticidad. Lo que en iniciados en el tema  (como yo) sería un ejercicio de investigación, en Donovan se convierte en una suerte de rememorar victorias intensamente vividas y ganadas a pulso.

En una larga nota que viene incluida en el booklet de Beat Cafe Donovan dice (entre otras cosas) que dicha producción no debe ser entendida como un mero recordar épocas pasadas, NO, nada más alejado de la verdad. Lo que Donovan buscó en aquel CD del 2004 fue mostrar a las nuevas generaciones de artistas como es que en los 50´s y 60´s se logró crear algo autentico e innovador, que permeó toda la cultura popular. Los beatniks, así como los hippies lograron atraer la atención mundial hacia nuevas formas de percibir la realidad, hacia maneras novedosas de confrontar el mundo. En palabras del propio Donovan Leitch:
“en los 1960´s las letras con contenido social entraron a la música pop, desde la invasión del folk a los primeros lugares de popularidad, trayendo con él canciones sobre el movimiento en pro de los derechos civiles, anti-bélicas, con conciencia ambiental y sobre el movimiento feminista. El blues y el jazz hicieron retornar  a la música pop a sus raíces. La filosofía, la poesía beat y la meditación budista abrieron el mundo interno de la compasión y la reflexión. El mundo occidental adoptó el moderno estilo de vida del arte, y a donde iban los artistas, la masa los seguía. Todo esto surgió en los cafés bohemios, clubs de jazz y R&B, escuelas de arte y librerías de moda del llamado underground. Esto ya había pasado, varías décadas atrás en el Paris de 1846. Esto es lo que yo exploro, la visión de la “vida moderna” como se vio desde la “bohemia”. Estamos cegados por esta visión, y las nuevas generaciones deben crear su propio “café bohemio” (beat café) ―esto puede ser descrito como un estado mental, un oasis de la cultura y del actual café. En mi nuevo disco he creado un café virtual para alentar a los jóvenes a continuar la exploración.”
Ese “estado mental” del cual habla Donovan no es otra cosa que el término “beat” entendido como raíz de “beatitud” del que habla José Agustín en su libro La contracultura en México. El creador de Jennifer Juniper define su visión de lo que es ser “beat” en los siguientes términos:
“Beat: el eterno código del exiliado.
Siempre, los bohemios y los beats retaron a la codicia y la hipocresía. Ellos representaron una actitud de disidencia, enfocando una brillante luz en los absurdos de la sociedad. Expresado usualmente en el estilo de vida de una de las artes, los auto-exiliados bohemios y beats se continúan reuniendo en la libre atmosfera del café.
Donovan.”

Ante tanta elocuencia, y con la mirilla bien ajustada en el objetivo a cazar, los resultados no podían fallar; y no lo hicieron. Doce temas que no tienen desperdicio, desde el que abre la sesión Love floats hasta el que baja el telón Shambhala (estas dos con un gran aire oriental), ninguno deja mal sabor de boca. Tanto el segundo track Poorman´s sunshine como el homónimo Beat cafe juguetean con ese sonido jazzeado que tanto se enlaza con la cultura beat. En la canción Beat cafe se da un sugerente diálogo que con sus líneas nos dibuja un vivo bosquejo de lo que eran los cafés beats: I wanna go/ to a beatnik cafe/ where the lights are low/ the music is cool/ and the chicks are slow/ poet in a baret as the sax he blow/ and the bongo-boy/ go man go// Como para ponerlo de anuncio lumionoso ¿no?
La cuarta y casi intraducible Yin my yang da cuenta de esa aura de misticismo, emparentado con el budismo, que rodea a los poetas beats. José Agustin saca a colación como Allen Ginsberg se fue de viaje a la India y a Japón y regresó con una actitud totalmente renovada, Agustín habla de “una especie de satori, una iluminación que le permitió aceptarse cual era y conciliar sin conflictos sus contradicciones, sus lados apolíneo y dionisíaco, las bodas del cielo y el infierno. (Pág. 27)”
Donovan le canta a la amada (o quizás simplemente frecuentada, en esos tiempos el sexo corría libre, y uno nunca sabe que esperar con estos beats) You yin my yang/ i´ll yang your yin/ you be for me/ sweet fantasy// you black my white/… Si las chicas eran slow y los tipos les prometían yanguear su ying, imagino que todo fluía naturalmente. Las caras de satisfacción corren por cuenta de la casa.
Si los cafés beats se distinguían por esa mezcla de música con poesía y diversas artes, entonces Donovan tenía que dar cuenta de ello también. De eso se encarga el track 11 Do not go gentle, que es una musicalización de un poema de Dylan Thomas (nada más ni nada menos). Entre todo ese cúmulo de poesía, jazz, rock y folk todavía queda espacio para un blues ―cargado de todos los otros elementos―… y que blues: Lord of the Universe.
Con una guitarra grasosa, sucia y arrastrada, Donovan se enfunda el traje del Señor del Universo y canta de la manera más arrogante posible una letra con una gran carga de cinismo y un derroche de altanería. No podría ser de otro modo. Cinco minutos en el discurso de Dios (en cualquiera de sus muchas presentaciones; las ovejas, el mundo y las baterías no vienen incluidas) Antes de Lord of the Universe, el que nos miraran de arriba abajo nunca sonó tan bien.
http://www.appleseedmusic.com/donovan/beatcafe.html  (link de la disquera que lanzó Beat Cafe, donde aparecen reseñas del disco, así como una biografía del nacido en Glasgow)

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Artista: Donovan Leitch
Disco: Beat Cafe (2004)
Track # 8: Lord of the Universe ver video aquí.
Duración: 4:47
El señor del Universo.
Soy el Señor del Universo/
Es mejor que no te metas conmigo/
Soy el Señor del Universo/
Es mejor que no te metas conmigo//
Estoy por encima y por debajo/
Estoy en tu pequeño pulgar/
Estoy en cualquier lugar al que vayas a ir/
Estoy en el interior y el exterior/
Aunque los tontos lo duden/
Cuando ellos  tratan de descomponerme//
Soy el Señor del Universo/
Es mejor que por nada/
Te metas conmigo/
Soy el Rey del Universo baby/
Es mejor que no te metas conmigo/
Yo nunca vivo y nunca muero/
Todo es lo mismo para mi/
¿Cómo no lo puedes ver?/
Porque yo soy el Señor del Universo/
Es mejor que no te metas conmigo/
¡Porque te voy pisotear!//
Puedo congelar tu mar/
Puedo quemar tu árbol/
Estoy en cualquier lugar al que vayas a ir/
Estoy en el Norte y estoy en el Sur/
Estoy en tu dulce y enmelada boca/
Oh, soy el Señor, yo soy el Señor del Universo/
“Fuerza vital” es mi nombre/
Sí, soy el Señor, sí soy el Señor/
Soy el Señor del Universo/
Es mejor que no te metas conmigo/
Digo que es mejor que por nada/
Te metas conmigo//
Sabes que te amo, para mí eres tan querida/
Por eso, por favor, por favor por favor/
No te metas conmigo/
Sabes que no te debes meter conmigo/
Ooh sííí, te amo baby/
No te metas conmigo/
Si quieres complacerme, no te metas conmigo//

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Im the Plenipotenciarý of the Universe…
¡Ja!, creo que eso es pleonasmo ¿no?
Mmmm, veamos…
Plecnipotencciari Noster, qui es in GDL…
¡Ni en latín!, y si una palabra no suena cabrona en latín, entonces sí que está en problemas.
Ni como ayudarles a nuestros poderosos visitantes.
Aunque si de verborreas se trata, que tal esto:
“Plenipotenciario” Adj. y s. Dic. Archirequetecontramamón.

P.D. Decepcionante y grandilocuente (y grandilocuencia es precisamente una palabra grandilocuente; debe existir algún tropo que nos explique ese tipo de palabras, y si no, pues debería haberlo).El adjetivo de “Plenipotenciario” es grandilocuente. Soltado a bocajarro sí que impresiona, nos hace levantar las manos instintivamente, pero ya rascándole un poco más al asunto:
plenipotencia. F. Poder pleno, que se concede a otro para ejecutar, concluir o resolver una cosa.
Plenipotenciario,ria. Adj. y s. Dic. De la persona que envían los jefes de Estado a organizaciones o a otros Estados, con plenos poderes para resolver los asuntos.
En palabras llanas, sin florituras y en nuestro caló: Achichincle. ¶ Sin. 1 y 2 gato, lamehuevos.
Ipso facto:
Im the balls-licker of the Universe…

lunes, 11 de octubre de 2010

Belle & Sebastian en el Teatro Estudio Cabaret

Lo que acababa de pasar no había dejado deuda alguna. Fue una avalancha de buena música; un clásico tras otro. Simplemente se habían aventado dos dosis de antología; un menage a trois entre I´am cuckoo seguido de Step into my office y para completar ese armonioso pecado Like Dylan in the movies. Eso fue al inicio de la velada, ya más adelantada la noche (casi llegando al encore) aparecieron en fila The boy whit the arab strap, If you find yourself caught in love, Judy and the dream of horses y la agridulce Sleep the clock around. En medio de todo ese arsena, se dieron tiempo de pasar lista a sus distintas producciones, y entonces aparecieron Lord Anthony, la recien estrenada Write about love, Sukie in the graveyard, ¡Dog on wheels!, inclusive la desbordada tristeza de If you´re feeling sinister no desentonó con aquél festivo ambiente. Como intermezzo a tan rico set list: maquillaje amateur, pelotas volando por los aires, !bromas de tapatíos vs chilangos¡ y un improvisado medallero de honor. Una muy agradable velada.
Despues de todo esto, el cierre pintaba para ser sumamente especial. Así fue.
La oscuridad y el griterio que se desprende de todo encore que se digne de ser tal fueron rotos por el onírico rasgueo de una guitarra y la susurrante voz de Stuart Murdoch, quien recitaba las primeras líneas de LA CANCIÓN de Belle & Sebastian....
I was surprised, I was happy for a day in 1975....
Tanta melancolía en tan solo cinco minutos, mmmm... no debería estar permitida.
Artista: Belle & Sebastian.
Disco: Tigermilk/ Push barman yo open old wounds/ BBC sessions. (esta última versión fue la que tocaron el pasado sábado en el Teatro Estudio Cavaret)
Canción: The State I Am In______________________________________
El estado en que me encuentro.Estaba sorprendido, fui feliz por un día en 1975/
desconcertado por un sueño,/
que se quedó conmigo todo el día en 1995/
Mi hermano había confesado que era gay/
y eso me quito el animo por un tiempo/
El se había presentado con un amigo marinero/
Y lo hizo público el día de la boda de mi hermana//
Me casé impulsivamente, para salvar a un chico de ser deportado/
Ahora ella está enamorada/
Estaba tan conmovido, me movi para patear la entrepierna/
de mi tullido amigo/
Ella no estaba impresionada por que yo la haya curado durante el Sabbath/
así que me fui a confesar/
Cuando ella vio el lado gracioso, introdujimos al hijo de mi novia/
al whisky y al gin//
El sacedorte en el confesionario tiene memoria fotográfica/
para todo lo que él a escuchado/
Tomó todos mis pecados y escribió una novela de bolsilla llamada/
"El estado en que me encuentro"/
Entonces me entregué a Dios/
Hubo una pausa incomoda antes de que él dijera Ok/
Ahora paso mi día volteando mesas en Marks &/
Spencer´s/
A ellos no les parece importar//
Me entregué al pecado/
me entregué a la Providencia/
y estuve ahí, y de vuelta otra vez/
el estado en que me encuentro//
Me entregué al pecado/
me entregué a la Providencia/
y estuve ahí, y de vuelta otra vez/
el estado en que me encuentro//
Oh amor mío, podrías tener la condescendencia de ayudarme/
soy ciego y estupido/
La desesperación es el trabajo del Diablo, es la locura de los chicos/
de mente vacía/
Ahora me estoy sintiendo peligroso, paseandome en camiones urbanos, como un pasatiempo/
que es triste/
Guiame a un vivaz final/
prometo que voy a entretener a mi tullido amigo/
mi tullido amigo//
Me entregué al pecado/
me entregué a la Providencia/
y estuve ahí, y de vuelta otra vez/
el estado en que me encuentro//
Me entregué al pecado/
me entregué a la Providencia/
y estuve ahí, y de vuelta otra vez/
el estado en que me encuentro//
Me entregué al pecado/
me entregué a la Providencia/
y estuve ahí, y de vuelta otra vez/
el estado en que me encuentro//
Me entregué al pecado/
y estuve ahí, y de vuelta otra vez//

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En la reseña de El Informador se habla de la falta de los hitazos del grupo, y es verdad; pero si bien no tocaron sus canciones más populares, lograron presentar un equilibrado set. A mi parecer no quedaron a deber nadar.
.
.
.
.
¡Ok! Ya basta de estoicismo.
¡Lo admito!:
Les faltó tocar She´s losing it.
Pero eso deja abierta la posibilidad de otra visita a nuestras tierras. ¿verdad que sí?
¿Si?
¿No?
P.D. La presentación de Los Vaselines se vio mermada por una malisima ecualización. Durante todo su acto, se los tragó su propia distorción. Nunca se escucharon sus voces, además de que todas las canciones sonaron viciadas. Una verdadera lastima, porque muchos teníamos curiosidad por escuchar sus melodías.
http://www.informador.com.mx/entretenimiento/2010/240330/6/belle-amp-sebastian-entrega-una-dosis-de-pop.htm

miércoles, 6 de octubre de 2010

Manualidad de Jeget # 1: Al verse diario.

Me rasure el cuello con la palabra más afilada que tenía a la mano/
en fuente gótica, cursiva y en negritas, claro está/
...y en eso regresó la luz//

La perspectiva que tenía del diálogo cambió//

Pude ver que tan melladas estaban las sílabas/
había unos espacios enormes entre las letras/
y soltaban un polvo color ocre y con sabor rancio/
al deletrarlas//

Sentí como se me humedecía la nuca/
se me incendiaba el rostro/
y se me en-tu-me-cí-a la lengua//

Jeget den Enkelte.
                                             

sábado, 2 de octubre de 2010

Mitocondrias en el Teatro Experimental de Jalisco


                                                                           
“Las mitocondrias se describen en ocasiones como "generadoras de energía" de las células, debido a que producen la mayor parte del suministro de adenosín trifosfato (ATP), que se utiliza como fuente de energía química.”
El nombrar a un espectáculo acústico “Mitocondrias” quizá suena rimbombante… grandilocuente. Los que estuvimos en el Teatro experimental de Jalisco el pasado 1 de octubre, a eso de las 9 de la noche, podemos afirmar tajantemente que no siempre es así. Fuimos testigos de la excepción que hace válida la regla.
No tengo idea de qué tanto José Manuel Aguilera pensó el nombre de su sesión acústica, pero al final le queda como anillo al dedo. Porque lo que el líder de La Barranca hace en el escenario va mucho más allá de un simple Unplugged (y me refiero a cuando ese término significaba algo especial y no como hoy en día). El señor Aguilera crea las canciones en el escenario, y no simplemente ofrece una versión desnuda de las mismas. El Teatro experimental de Jalisco sirvió de  cuerpo huésped (uno muy íntimo por cierto) a una serie de armonías que fueron generando la energía necesaria para echar a andar un puñado de grandes canciones.
“Algunas características hace únicas a las mitocondrias. Su número varía ampliamente según el tipo de organismo o tejido.”
El organismo que nos ocupa esta noche se llama José Manuel Aguilera; y la riqueza musical de su cancionero ayuda mucho a hacer de la sesión acústica toda una delicia. Aquí las mitocondrias se presentan en un número elevado; pero extrañamente en este caso la cantidad no hace mella en la calidad. Se da una relación directamente proporcional.
Si el espectáculo se basara en un revisión desenchufada del amplio catálogo de Aguilera — que abarca Sangre Asteka, Nine Rain, Odio Fonky, La Barranca, y algunas aventuras solistas− un buen nombre sería “Células”, entendido esto como el embrión de las canciones que terminaron grabadas en un disco. Pues bien, “Mitocondrias” abarca ese aspecto embrionario, pero va más allá. En base a un gran manejo de pedales de grabación, el alguna vez miembro de Jaguares, entreteje las armonías que emanan de su guitarra, y loop sobre loop, eco sobre eco, o grabación sobre grabación, arma una canción en vivo y a todo color. Una base rítmica por acá, un rasgueo duro por allá, un acelerado y agudo requinteo a manera de cereza sobre el pastel; A repetido + B repetido + C agregado  y… el hambriento gran pez salta del agua. Porque después de todo el gran pez sólo sabe comer…
“La morfología de la mitocondria es difícil de describir puesto que son estructuras muy plásticas que se deforman, se dividen y fusionan.”
 Las formas no son fijas. No estamos en un museo de cera, por el contrario estamos ante algo orgánico y como tal, mutable. Porque no es lo mismo el tufo de plegaría que se desprende de Corcel, que la oscuridad infantil que emana de Nocturno (una de las nuevas canciones  que aparecieron al correr de la velada). Ni la austeridad de la Montaña se compara con la riqueza auditiva del Estallido interno. Muy distintos entre sí Ala de cuervo y Me moría (Come as you are en un triple préstamo: de Kurt Cobain a Caetano Veloso, y de ahí a  José Manuel Aguilera; a la calca, él mismo me lo confesó al final ja!) Un amplio espectro sonoro, canciones rítmicamente distintas, pero aun así unidas por algo más que la etiqueta de La Barranca. Detrás… mejor dicho dentro de ellas hay algo que podemos llamar el sonido Aguilera. Aceptémoslo el tipo ha logrado labrar su estilo, y a como está la situación, eso no es poca cosa.
Vaya noche la de anoche.
Hubo cabida para todo, desde el furioso Tempestad, hasta el olvidado Cielo Protector, pasando por el obligado Denzura y su potente sucesor El Fluir. Aunque la noche se vio más nutrida por Providencia y por el recién aparecido Piedad Ciudad; ¡ojo! estos dos discos vienen amasando un puñado de nuevos clásicos barranqueños. Amén de los covers a Come as you are de Nirvana y Plegaria de Agustín Lara, además de las nuevas canciones como Por siempre joven o El Alma nunca deja de sentir.
El acto heroico de la noche fue el de no tocar nada de su obra maestra: El fuego de la noche. A pesar de ser el disco más querido por todos, no resentimos su ausencia. Así de grande estuvo  Mitocondrias.
En una palabra: Memorable (con “M” no de Muerte, sino de Mitocondrias).
                                                      

“La científica estadounidense Lynn Margulis, junto con otros científicos, recuperó en torno a 1980 una antigua hipótesis, reformulándola como teoría endosimbiótica. Según esta versión actualizada, hace unos 1.500 millones de años, una célula procariota capaz de obtener energía de los nutrientes orgánicos empleando el oxígeno molecular como oxidante, se fusionó en un momento de la evolución con otra célula procariota o eucariota primitiva al ser fagocitada sin ser inmediatamente digerida, un fenómeno frecuentemente observado. De esta manera se produjo una simbiosis permanente entre ambos tipos de seres: la procariota fagocitada proporcionaba energía, especialmente en forma de ATP y la célula hospedadora ofrecía un medio estable y rico en nutrientes a la otra.”
Este párrafo  lo pegue con el único fin de que leyeran muchas palabras raras.

Esa madrugada  nunca se me olvida...
Nunca se me olvida que tengo una deuda pendiente con y por esa canción.

martes, 21 de septiembre de 2010

Celebrando al profesional (a.k.a: ¡Hail to the fake!)

Puntualizemos por favor:
a) Ni él es el presidente de los Estados Unidos... ni yo soy Marylin Monroe -y eso merece un ¡Halleluya! a la "n" potencia-.
b) Él es canadiense... y a mí las enrejadas y vaporosas alcantarillas me causan vértigo -amén de que no creo verme bien con escote-
c) Él es Leonard Cohen y yo soy Jeget den Enkelte (literalmente: yo soy yo).
d) Leonard Cohen nació el 21 de septiembre de 1934... yo NO.
e) Hoy es 21 de septiembre.
Por lo tanto...
Hoy es cumpleaños de Leonard Cohen y yo NO le voy a cantar cachondamente el "Happy birthday" enfundado en un revelador vestido blanco.

Lo mío es más mundano. Quiero celebrarlo robandome dos de sus poemas (¿un regalo robado al festejado?, sí que soy patético). Esos dos poemas hablan de dos, de los muchos rostros que tiene el autor de The Future

Charles Baudelaire decía que Edgar Allan Poe era autentico, aun cuando trataba de ser falso; era parte esencial de su genialidad (si mal no recuerdo, lo dice en el texto titulado: Edgar Poe. Su vida y sus obras.) Pues los dos poemas de Cohen dicen algo parecido.
______________________________________
Del libro Memorias de un mujeriego:
El profesional.
De los libros de notas de Nashville 1969.
Dejo mi silencio a una cooperativa
de poetas/
que ya se han magullado las bocas
contra él.//
Dejo mi nostalgico atractivo a los
carroñeros de/
monedas suetas que se trabajan los
viejos rincones artísticos//
Dejo la sobra de mi viril entrepierna
a aquellos que/
escriben por dinero//
Dejo a varios hombres celosos una/
leyenda de segunda categoría/
acerca de mí vida//
A esas pocas muchachas de la
escuela superior/
que prefirieron mi trabajo al de Dylan/
les dejo mi oreja de piedra/
y mis eliminables ambiciones franciscanas.//
_____________________________________________
Por otro lado; del Libro del anhelo:
Miles.
Entre los miles/
que son conocidos,/
o quieren ser conocidos/
como poetas,/
quizá uno o dos/
son auténticos/
y el resto son impostores,/
rodando por los recintos sagrados/
tratando de parecer genuinos./
No hace falta decir/
que yo soy uno de los impostores,/
y ésta es mi historia.//
_____________________________________________

Parafraseando a Baudelaire (¡Ya son muchos robos para una noche!) diré que Leonard Cohen es muy profesional, aun cuando le juega al impostor.

                          

martes, 7 de septiembre de 2010

Empapa tu vestido y envíamelo a West Memphis.

I´m not blind/ I can see it coming/ Looks like lightning/ In my child´s eye//

Army Reserve. Pearl Jam

(letra en coautoría de Eddie Vedder y Damien Echols)

No es un secreto. Es algo conocido por todos. Desde inicios-mediados de los 90´s los integrantes de Pearl Jam han hecho público su apego a distintas causas sociales. Cuando estaban en el pináculo de su éxito —no es que ahora no sean exitosos, pero en los 90´s gozaban de ese prestigio que sólo da el ser una de “las bandas del momento” — iniciaron una batalla legal contra Ticketmaster para que los boletos de sus conciertos se vendieran a un precio razonable. Además de la gran cantidad de conciertos benéficos, a favor de distintas causas, y de sus muchas alusiones a favor de la libertad del Tibet, los de Pearl Jam se inmiscuyeron en las campañas presidenciales que hicieron frente al gobierno de George W. Bush (la de John Kerry y posteriormente la de Barack Obama). En el plano estrictamente musical podemos traer a colación canciones como Bu$hleaguer del Riot Act: “Hes not a leader, hes a Texas leaguer…” la clásica Jeremy del Ten o la oscura Rival del Binaural.

                                                 
Por eso no es de extrañarse ver a Eddie Vedder en el programa de Larry King hablando sobre la necesidad de un nuevo juicio para los llamados “West Memphis Three”. Este nombre se le atribuye a los tres jóvenes ( Jessie Misskelley, Damien Echols y Jason Baldwin) que en mayo de 1993 fueron acusados de matar a los niños, de tan solo ocho años de edad, Steve Branch, Christopher Byers y Michael Moore. Los asesinatos fueron cometidos brutalmente, los cadáveres de los niños presentaron puñaladas, golpes, mutilaciones, castraciones, etc… Es por todo esto que el caso dio y sigue dando mucho de que hablar, sobre todo por que la manera en que se llevo a cabo la investigación policiaca. Los oficiales de West Memphis basaron su caso en argumentos como el gusto por el rock, la literatura de terror, y las vestimentas negras de Damien Echols (el supuesto líder), para crear alrededor de él una historia de ritos satánicos y asesinatos de niños dentro de los bosques de la localidad. No hubo un control adecuado de pruebas, ni de las escenas de los crímenes, además de darle mucho peso a declaraciones ambiguas. A pesar de estas deficiencias el veredicto (que aun hoy en día está en marcha) fue la pena de muerte para Echols (en aquel entonces de 16 años), y cadena perpetua sin derecho a fianza para los otros dos involucrados: Misskelley (17 años) y Baldwin (16 años). En un principio Misskelley se declaró culpable de los asesinatos y además involucró a los otros dos adolescentes; la defensa de los “West Memphis Three” ha dicho que la confesión de Misskelley fue forzada por la intimidación policiaca y apoyada en el bajo perfil y poco carácter del muchacho. Pero el daño ya estaba hecho. Exceptuando aquella confesión de Misskelley, aquellos tres muchachos, ahora ya adultos, siempre han proclamado su inocencia, y ahora con los adelantos en las ciencias forenses piden la reapertura y posterior revisión de su juicio y entonces, su posible exoneración. Así lo hacen saber en su página oficial.

http://www.wm3.org/

                                                                   

Sobre este caso se filmó el documental “Paradise Lost. The child murders at Robin Hood Hills” el cual sirvió para que varios artistas como Johnny Deep, Henry Rollins, Jello Biafra, Natalie Maine de las Dixie Chicks y Eddie Vedder de Pearl Jam, entre otros se unieran a la causa; tanto la cantante de las Dixie Chicks como la voz de Pearl Jam aparecieron la semana pasada en el show de Larry King hablando sobre un concierto a favor de los “West Memphis Three”. Eddie Vedder habló de cómo “estaba 100% seguro de su inocencia” además de que dijo entender, y sentir el pesar de las familias de los niños asesinados, las principales victimas de todo este embrollo. Pero es precisamente por la memoria de esos pobre niños y por la paz de sus familias que el caso debe ser debidamente aclarado. A grandes rasgos esa era la postura de Vedder, Maine y los otros invitados de Larry King.

Sin lugar a dudas el caso de estos tres hombres —de los “West Memphis Three”— es sumamente trágico por donde quiera que se le mire. Aquí toda arista resulta filosa. Si la mirada la enfocamos a los tres pobres niños asesinados, entonces la ira nos toma por lo hombros y nos recuerda cuan atroz es mancillar y cortar de tajo la etapa más feliz de los seres humanos. Atentar contra la infancia es atentar contra la felicidad en su estado más puro. Pareciera que la felicidad es retrógrada.

Pero si nos calzamos los zapatos de la Comunidad de Memphis, Arkansas, entonces la sed de sangre nos corroe la garganta. Nos perdemos en la justicia ciega de la multitud; ahogarse en la muchedumbre, en verdad es, perder la conciencia, la conciencia de sí. Ahí donde todos somos uno mismo, y uno mismo es ese todos. Desde la perspectiva que nos otorga nuestra situación cronológica y demográfica, podemos condenar a la comunidad de Memphis por la histeria colectiva y la cacería de brujas que aprobó. Eso es fácil; lo difícil es aceptar que muchos habríamos hecho lo mismo. ¿Cómo reaccionaríamos ante tres infantiles cadáveres? ¿En verdad seríamos capaces de desde un inicio zafarnos de la lógica de la multitud?

                                                                  

En el 2004 la Editorial Arlequin puso a la venta un libro que en su portada trae un fotograma del Nosferatu de F.W. Marnau. El titulo: En el principio fue la sangre. El autor: José Luis Zárate. Entre la serie de ensayos que dan cuerpo al libro remitámonos al que lleva por nombre La multitud.

Uno sabe que la multitud no piensa. La velocidad con la que se reúne no sigue ninguna pausa lógica, sólo la de la curiosidad. Nadie puede estar aislado en la ciudad. O tal vez sí, tal vez se pueda estar solo del peor modo posible: ahí, sin nadie y rodeado de gente. Rostros que únicamente quieren ver sangre, enterarse de cuántos han muerto, admirar el monto de los daños. No es posible pedirle comprensión a la multitud, ni una gota de piedad. La multitud es egoísta. (Pág. 58)

Tomemos prestada un poco de la humildad de Luis Zárate cuando dice:

También he sido ojos atentos, y aspirado el aroma del desastre como un perfume. No hay justificante. No hay motivos. Simplemente la multitud soy yo. Ustedes. (Ibídem.)

Un bosque, un riachuelo, y en él unas ramas, unas rocas y tres cuerpos; la sangre inunda nuestro rostro y anega nuestro espíritu racional. A lo lejos tres sospechosos… ¿nuestro primer impulso? ¿nuestra primera impresión? Un anuncio comercial rezaba que La primera impresión jamás se olvida, quizás por espacio de tiempo omitieron la parte que dice: y jamás se razona.

Pero hay otros actores que no podemos dejar de lado: los sospechosos. No soy nadie para llamarlos culpables o asesinos. Aquí a miles de kilómetros, a millares de rostros, y a un océano de desconocimiento de distancia, les puedo otorgar el beneficio de la duda. Jessie Misskelley, Damien Echols y Jason Baldwin son sospechosos. Si nuestra atención se centra en ellos, la cosa no mejora. Tres individuos que los últimos 17 años han vivido en la cárcel, dos de ellos con la cárcel como única garantía en su horizonte, el otro con una tumba graduada como meta. Tres adolescentes que dieron el paso a la edad adulta entre las rejas y nadando contra corriente. No ha de ser cosa sencilla, ni mucho menos agradable tener la puerta de tu celda rotulada con el slogan de “satánico asesino de niños”. Al interior enemigos perfectamente numerados, en el exterior el enemigo innúmerado (y este es el más peligroso).



Pero Eddie Vedder y Natalie Maine no fueron los únicos invitados que Larry King tuvo aquella noche. Además de los dos cantantes estaban presentes Dennis Riordan, el abogado defensor de Damien Echols, y la principal promotora de la libertad de los West Memphis Three, Lorri Davis. Durante la emisión Larry King preguntó a los invitados como es que se habían involucrado con la causa. Tanto Vedder como Maine dijeron que fue a partir de que vieron el documental de Paradise Lost, cuando se comenzaron a informar sobre el caso. Así transcurrió la conversación hasta que salió a la luz la cuestión de que Lorri Davis estaba casada con Damien Echols. Al parecer ella se interesó en el caso y comenzó a escribirle a Echols. De la relación epistolar nació una gran empatía que siguió con encuentros personales (creo que dijo mensuales) en la cárcel donde están presos los West Memphis Three, y que después de eso la relación tomo tal fuerza que terminó casándose con Echols. Vaya historia. La propia Lorri Davis dijo que “se llevan mejor que muchas parejas que conviven personalmente”.

A pregunta expresa de Larry King: ¿En Arkansas no se permiten visitas conyugales, verdad? Lorri Davis contestó entre sonriendo y apenada: “No”.

Esa sí que es una relación comprometida.

Echols pelea por su libertad, y dentro de esa libertad está incluida la posibilidad de convivir íntimamente con su comprometida esposa. Mientras esto no pase Damien Echols me hace recordar la desesperación que emana de la letra de Cactus.

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David Bowie abrió el tan mentado (y desilusionante) nuevo milenio con una nueva proclama. Si antes fue conocido como Ziggy Stardust o el Delgado Duque Blanco, en el 2001 se reconoció un pagano (heathen). Después de un disco tan bueno (a mí me lo parece) como lo fue el Hours del 99, Bowie decidió no desviar tanto el camino (algo que tampoco es ajeno a su costumbre). Si en Hours la intimidad de rolas como Seven o Tuesday´s Child eran pasadas por un fino filtro electrónico —a veces rockero como en The pretty things are going to hell—, en Heathen del 2001 se sigue esa misma regla, aunque más amplificada. La veta electrónica cobra mucho más peso en Heathen. Con voces arropadas por una gran cantidad de efectos (vocoder, loops, ecos…) y letras que descansan en medio de una red de sonidos electrónicos —la mayor parte de ellos con tintes etéreos— Heathen se presenta como un disco difícil de digerir, elegante sí, pero de difícil acceso. No es una producción de primera escucha; no se te pega a la primera. Canciones como Slow Burn (sencillo del disco), I took a trip on a gemini spaceship (firmada a nombre de un legendary stardust cowboy) o 5:15 the angels have gone dan muestra de esa genial amalgama de rock/pop/glam/electrónica que quedó asentada en Heathen. Es por esto mismo que resulta curiosa la inclusión de dos covers de artistas que podríamos considerar totalmente ajenos al sonido del disco: Neil Young y los Pixies. Bowie toma prestada I´ve been waiting for you de Neil Young y la convierte en la canción más guitarrera del disco, se podría decir la más "tradicional" del álbum. La guitarra está en primer plano, la línea del bajo es notoria y el ritmo de la batería es sumamente marcado. La voz de Bowie no presenta muchos arreglos, salvo unos pocos efectos de eco, pero suena nítida y bien entonada.

Por otro lado tenemos el arreglo que Bowie le hizo a la canción Cactus de los Pixies. En el Surfer Rosa de los Pixies, Cactus se presenta como una canción oscuramente sucia, y esto se debe al sonido sucio que marca todo el disco: Guitarras distorsionadas, voces chillonas, gritos en español y letras románticamente mórbidas como la de Cactus. David Bowie tomó esta canción y le dio un giro bastante interesante. Si en la mano de los Pixies la canción es pervertida, en la visión y mando de Bowie se torna pop. Bowie salva la melodía de la canción con un tímido rasgueo de guitarra, y la reviste con el grueso sonido del bajo, además de incluir una serie de doblajes a su voz a manera de coro. El resultado total es una muy buena canción pop-rock que habla sobre los ardientes deseos de un convicto, quien anhela tener en su celda algo personal, algo vivo de su amada. ¿Y qué cosa más personal, más viva que un vestido ensangrentado?

Artista: David Bowie.

Disco: Heathen.

Canción: Cactus

Duración: 2:55.

Cactus.

Sentado aquí en un piso de cemento/

Deseando solamente tener algo que tú hayas vestido//



Lo saco cuando estoy solitario/

¿Te quitaras tu vestido y me lo mandaras?//



Extraño tu besuqueo y extraño tu cabeza/

Y una carta con tu propia letra no significa que no estés muerta/

Corre en la intemperie, en el calor del desierto/

Haz que tu vestido se empape y envíamelo//



Extraño tu sopa y extraño tu pan/

Y una carta con tu propia letra no significa que no estés muerta/

Entonces derrama tu desayuno y chorrea tu vino/

Solo usa esa vestido cuando estés moribunda//



Ensangrenta tus manos en un cactus/

Pásala por tu vestido y envíamelo/

Sentado aquí deseando en un piso de cemento/

Deseando solamente tener algo que tú hayas vestido//

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En tiempos de encarcelamiento...
Love is in the air … ¿in the air?... ¡No¡

¡Love is in the BLOOD¡

                                          

jueves, 26 de agosto de 2010

Eros partiendo plaza.

A las mujeres bellas debería permitírseles todo, incluso matar.
Dios siempre se equivoca. Guillermo Fadanelli.

1. Cierre de calles

2. Un cadáver en una vitrina

3. Tramitología

Y

4. Envidia de la buena.

Vaya suerte la del tipo de Fox Sports. Nada más y nada menos que recibir un beso de esa delicia de mujer llamada Larissa Riquelme, eso sí que es algo para contarles a los nietos. La “novia del Mundial”, la culpable de que todos los hombres del planeta deseáramos ser transformers (¡Yo pido cambiar a forma de celular!)
                                    
Larissa Riquelme, la que consiguió más aficionados paraguayos, ¡sin necesidad de meter un solo gol!, además de que puso todas las apuestas a favor de su selección; porque para ganar mucho (y vaya que la silueta de esa mujer es precisamente MUCHO) hay que apostar mucho. Riquelme: La sensualidad encarnada. Me disculpan pero siempre he sido desconfiado… ¡No creo que sus lunares sean reales! Están ahí… exactamente ahí donde deben de estar. Ni un milímetro más arriba o más abajo. “Tanta perfección, también es un error.” dice Alejandro Jodorowsky en la película de El Topo, mmm, creo que la excepción a esa regla es de origen paraguayo, tiene unos labios de tentación, le da mucha vida a los colores de su bandera y está adornando las portadas de las revistas para caballeros.

Larissa Riquelme: Eros partiendo plaza en un entallado vestido blanco.

                              
Y viene, y juguetea, y aprieta el puño en donde nos tiene a todos, y derrocha sensualidad y… y ¡besa a este tipo! Vaya suerte de cabrón.

Después de algo así, cualquiera se puede morir tranquilamente. Yo lo haría.

Recapitulando.

1. Cierre de calles

2. Un cadáver en una vitrina

3. Tramitología

Y

4. Envidia de la buena.

Hasta para un jueves es mucho daño.
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Sin más preambulos.
Artista: Eels
Album: Blinking Lights and other Revelations
Song: Theme for a pretty girl that makes you believe God exist.

                                              

domingo, 22 de agosto de 2010

La pasajera en trance de Monte Carmelo.

“Tengo varios síntomas poco importantes que usted mismo puede ver.

Pero mi síntoma esencial es que no puedo empezar y no puedo parar.”

Frances D. Despertares.

Con frases como la del epígrafe de esta entrada, o como la siguiente: “La señorita D. nació en Nueva York en 1904, y era la menor y más inteligente de cuatro hermanos.” (Sacks, Oliver. Despertares. Editorial Anagrama, España. Pág. 79), pasa algo muy interesante: nos dejan a medio camino. Con esas líneas nos encontramos muy lejos del fantasioso “erase una vez…” pero, al mismo tiempo, también estamos a años luz del parco y aséptico “femenina caucásica de 65 años, con un peso de…”. Estamos inmersos en el limbo que media lo fantástico y lo clínico.

                                                            
Oliver Sacks (Londres 1933) recibió un sabio consejo del neuropsicólogo Alexander Luria (Rusia 1902-1977): era urgente renovar la visión que tenían los médicos con respecto a sus pacientes. Para el connotado neuropsicólogo Luria ya no era viable seguir percibiendo a los pacientes como meros cuerpos ―es decir encasillarlos como simples organismos humanos femeninos o masculinos, según fuera el caso―. Por el contrario, había que comenzar a verlos como personas. No, no, no… Quizás lo correcto sea decir que había que comenzar a mirarlos como personas; porque esa era la gran diferencia que yacía en la recomendación que Luria le hizo a Oliver Sacks: había que dejar de ver cuerpos y comenzar a mirar personas. Y aunque la empresa se antojaba difícil, había que empezar por algún lado y Luria ya había aventajado el camino. Luria decidió comenzar por abordar los textos clínicos de una manera distinta. Era necesario escribir dos clases de libros, unos serían especializados, los cuales contribuirían al avance de la medicina como ciencia; y por otro lado estarían los textos que, basándose en los casos e historiales clínicos de una enfermedad o de un paciente, contribuirían a la mejor comprensión de los enfermos en tanto que personas. Luria escribió el especializado texto de Las funciones corticales superiores del hombre y así reforzó los cimientos de la neurociencia cognitiva; y para abarcar el lado humano de la medicina escribió Pequeño libro de una gran memoria. La mente de un mnemonista. Habían nacido las “anécdotas clínicas”.

Oliver Sacks menciona entre sus grandes influencias médicas y literarias aquellas dos obras de Luria. Este aprecio por la obra de Luria, así como el posterior contacto a nivel profesional y personal con el neuropsicologo ruso, son los que dieron el empuje necesario a Oliver Sacks para dar a luz Despertares. En dicha obra Sacks habla de las vivencias que tuvo a partir de su llegada al internado Monte Carmelo, ubicado en Nueva York. Fue en esta institución donde Oliver Sacks echó a andar un nuevo tratamiento para los enfermos de la encefalitis letárgica ―enfermedad que tuvo gran auge durante los años 20 y que había dejado como secuela un gran número de enfermos recluidos en instituciones como el Monte Carmelo―; el tratamiento se basaba en la aplicación del fármaco Levodopa (L-dopa). Como todo buen tratamiento experimental la aplicación del L-dopa trajo situaciones inesperadas, tanto clínica como humanamente hablando, y todas ellas se recogen en los relatos que dan cuerpo a Despertares, relatos como el de Frances D dan fe de esos despertares a los que hace alusión el título.

                                                   
En las páginas que Oliver Sacks dedica al caso de Frances D. se da fe de todo lo que rodeaba a los enfermos de la encefalitis letárgica antes de la aparición de la L-dopa, y de todo lo que la aplicación del tratamiento les traería como consecuencia. Antes de la llegada de Oliver Sacks a la institución de Monte Carmelo, los enfermos de la encefalitis letárgica estaban en el olvido; eran un manojo de casos atípicos de distintas enfermedades. Los malos diagnósticos engrosaban sus historiales clínicos. Por ejemplo, en un principio los síntomas de Frances D. fueron diagnosticados como catatonia o histeria, esta demás el decir que esto no ayudaba en nada a la paciente. Hay enfermedades que por su mal tratamiento se tornan crónicas, pues bien, en un macabra analogía los enfermos de la encefalitis letárgica eran pacientes crónicos: estaban ahí desde… y seguirían ahí hasta… Es en este punto donde el fármaco L-dopa hace acto de presencia, revestido con un aurea de panacea.

El tratamiento a base de L-dopa resultó ser sumamente ambivalente, había recuperación, sí, pero esta se presentaba aparejada con el aumento de otros malestares. El caso de Frances D. no fue la excepción. Cuando en junio de 1969 Frances D. inició su tratamiento, ni ella ni Oliver Sacks sabían a ciencia cierta que esperar. Antes de la L-dopa los síntomas más características de Frances D. eran la marcada rigidez de su rostro (facies parkinsionana), así como su tendencia al congelamiento o, irónicamente dramático, a su contrario la festinación (es decir realizar movimientos que gradualmente se tornan más rápidos y violentos); en términos técnicos Oliver Sacks habla de Frances D. como un mujer con pasajes de acinesia e hipercinesia (no movimiento y mucho movimiento respectivamente). Frances D. vivía sumida entre el reposo o el desbordado movimiento, y no había intermedios. Para poder iniciar el movimiento requería de un impulso externo, algo que la motivara a seguir su curso, de no ser así el reposo la volvía a dominar por completo, nos dice Oliver Sacks:

“Podía levantarse de los asientos sin esfuerzo, pero, una vez lo había hecho, tendía a quedarse ‹‹congelada››, a menudo durante bastante rato, incapaz de dar el primer paso.” (Pág. 84)

Y más adelante el autor de Despertares puntualiza:

“Constituía un notable contraste con ello lo bien que subía las escaleras, de un modo tranquilo y constante, ya que cada escalón era un estímulo para dar un paso; sin embargo cuando se terminaban las escaleras volvía a quedarse ‹‹congelada›› y le era imposible seguir andando. Decía a menudo que, ‹‹si el mundo estuviera hecho únicamente de escaleras››, no tendría dificultades para ir a donde quisiera.” (Pág 84-85)

Fue el 25 de junio de 1969 cuando Frances D. se embarcó en la aventura del tratamiento con la L-dopa. Esta paciente, como cualquier paciente de cualquier enfermedad, anhelaba que la L-dopa la sacara del limbo del reposo y el movimiento. A la postre este anhelo le acarreo problemas tanto físicos como emocionales, ya que idealizó de tal manera a la L-dopa que visualizaba a Oliver Sacks como…

“(…) un redentor que le prometía salud y vida con mi sacramental medicamento, y después un demonio que le arrebataba ambas cosas y le causaba sufrimientos peores que la muerte. Cuando representaba mi primer papel ―el de médico ‹‹bueno››― la señorita D. no podía menos que amarme, pero cuando representé el segundo ―el de médico ‹‹malo›› no pudo menos que odiarme y temerme.” (Pág. 98)

Hay que recordar que la L-dopa era un tratamiento experimental, por lo que no se tenía un protocolo preciso a seguir, además el fármaco se presentó como una medicina sumamente volátil (es decir imprecisa, y esa es una palabra obscena en Medicina). Oliver Sacks nos habla de cómo no se podía determinar con exactitud una dosis diaria para todos los enfermos por igual, ya que cada paciente reaccionaba de manera distinta a distintas dosis, dependiendo de sus distintos estados psicofisiológicos. Esta ligazón entre la dosis del medicamento y la personalidad o el estado de ánimo del paciente refuerza, según Sacks, aquel cambio de visión del que hablaba Alexander Luria: ver personas y no cuerpos. En el caso de Frances D. la L-dopa siguió presentando esa actitud rebelde, ese carácter indómito del fármaco fue la constante durante el tratamiento de la señorita D. Basta con dar una repasada a las distintas dosis que le fueron aplicadas durante el lapso que duró el tratamiento fuerte de la L-dopa: de medio gramo a dos gramos, para después retroceder a gramo y medio, un gramo, 900 gramos, 950 gramos, y así. La graduación de las dosis se debió a que Frances D. respondió bien al tratamiento, recuperó mucha de su movilidad consciente, dirigida por sí misma, pero desgraciadamente esto se empató con una serie de ataques respiratorios. Durante estos episodios la señorita D. sufría de unos espasmo que la obligaban a contener la respiración durante periodos muy cercanos a la muerte, para después liberar el aire de manera violenta, además de padecer la terrible angustia que le provocaba sufrir un ‹‹engarrotamiento›› severo en su cuerpo, pero una apremiante movilidad en su mente: su pensamiento le demandaba con urgencia la desbordada movilidad (hipercinesia) pero su cuerpo se lo impedía de manera tajante (acinesia). Durante su tratamiento Frances D seguía siendo presa del dolor que emana de las antinomias ‹‹pascalianas›› (Sacks dixit): si antes de la L-dopa se debatía entre el reposo y el movimiento, durante el tratamiento se vio atrapada entre una renovada y anhelada salud y unas angustiantes crisis. Oliver Sacks le da voz a Frances D. y nos dice:

“La señorita D. describía así su situación: ‹‹No puedo controlarla, del mismo modo que no puedo controlar la subida de la marea. Me limito a capear el temporal y esperar a que amaine el viento››” (Pág. 88-89).

Este contraste entre la feliz salud y la angustiante enfermedad que acarreaba la L-dopa se ve claramente en la descripción que Oliver Sacks hace del día más feliz que Frances D. tuvo durante el tratamiento, y el día que le siguió. El 28 de julio de ese mismo 1969 France D. se fue de pic-nic y durante todo ese viaje se mostró como una mujer sumamente saludable (otra vez la ligazón enfermedad-estado de animo, entre lo patológico y lo psicofisiológico se hace presente). Al regreso del viaje exclamó con alegría:

“‹‹¡Qué día más maravilloso y más tranquilo! ¡Nunca lo olvidaré! ¡Es una inmensa alegría estar viva, mucho más viva que en cualquier otro momento de los últimos veinte años! ¡Si la L-dopa ha conseguido esto, es una bendición del cielo!››” (Pág. 94)



Pero la L-dopa saco a relucir sus garras y al día siguiente de ese maravilloso viaje Frances D. cayó en la mayor crisis que había presentado hasta ese momento. Días después de esa dura crisis (el 31 de julio de 1969) la señorita D. cayó en un estado de coma que duró todo un día; y este sería el final de su tratamiento fuerte de L-dopa. Tiempo después seguiría consumiendo el fármaco, pero ya de manera esporádica y acompañado de otros medicamentos (como la amantadina); los resultados de este nuevo tratamiento fueron buenos a secas; la mantuvieron estable pero sin ningún extraordinario repunte de su salud como aquel que presentó durante el lapso de junio-julio de 1969.

Después del milagroso renacimiento que le significó la aplicación de la L-dopa, y de la desastrosa caída en picada se fue la suspensión del tratamiento, Frances D. se volvió a encontrar en la tensa calma de una enfermedad controlada, con su consecuente resignación. En el siguiente párrafo Oliver Sacks da fe de los sentimientos que, por entonces, encerraba Frances D:

“A finales de 1970 la señorita D. se había enfrentado a retos de la L-dopa, la amantadina, las dopa-descarboxilasas y la apomorfina (todas ellas diversamente divididas y subdivididas), solas o en combinación con anticolinérgicos, antiadrenérgicos, antihistamínicos y cualesquiera otros precusores o bloqueadores producto de la inventiva humana. Había probado todos aquellos fármacos, y estaba harta. ‹‹¡Ya basta!››, se quejó. ‹‹Me ha hecho probar toda la farmacopea. He estado bien, he estado mal, he ido de un lado para otro, me han vuelto del revés y he pasado por todo lo que se pueda imaginar. Me han empujado, me han estirado, me han comprimido y me han retorcido. He ido deprisa y despacio, y también tan deprisa que, en realidad, no me movía de donde estaba. Y no paro de abrirme y cerrarme, como si fuera una concertina humana…›› Hizo una pausa para respirar. No podía evitar que sus palabras parecieran las de una ‹‹Alicia›› parkinsionana en un ‹‹País de las Maravillas›› post-encefalítico.” (Pág. 103)

Las páginas que Oliver Sacks dedica a la señorita D. nos arrojan el retrato (uno muy humano) de una mujer (una persona) sin estados intermedios. Una mujer que al depender de estimulación externa, carecía de un flujo que pudiera sentir como propio. Una mujer que, sin depender de ella, siempre estaba quieta o en movimiento, o bien iba o venia, o sana o enferma. Frances D. la adicta a los crucigramas. Frances D. la menor y más inteligente de cuatro hermanos. Frances D. la pasajera en trance.


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Es algo común y muy aceptado decir que el mejor Unplugged de MTV es el que hizo Nirvana. Apoyo la moción. Tiene todos los elementos necesarios para que así sea: el dejar de lado los hitazos del grupo, un puñado de covers de bandas desconocidas, un raido suéter verde y un puñado de buitres sobrevolando el set… todo una nota de despedida… todo un documento.

En lo que respecta a los Unplugged en español la cosa no es tan sencilla. Por estos lares no tenemos algo al equivalente del Unplugged en NY de Nirvana. Aquí no ha habido suéteres rotos, ni buitres ni notas suicidas en CD. Pero la cosa tampoco pinta tan mal; cuando menos hay tres acústicos que se pelean el puesto: El electrificado Unplugged (¿contradicción en los términos? ¿a quién le importa?) Comfort y música para volar de Soda Stereo, el chilenamente folklórico desenchufado de Los Tres (¿quién es la que viene allí?/ tan bonita tan gentil/ ¿quién es la que viene hacia mi?...) y el extraordinariamente lúdico Hello! de Charly García.


15 variados tracks que dan una somera pero certera pasada a la carrera de Charly García, eso es Hello! Ahí están la abridora y cachonda Yendo de la cama al living, la altamente rockera Demoliendo Hoteles, la infantil y juguetona Chipi Chipi y la “dedicada para Luis Alberto Spinetta” Rezo por vos. También tienen cabida (en forma de medley) las canciones de uno de los grupos de antaño de Charly García: Serú Giran. Yo reclamo con firmeza la GRAN ausencia de alguna de las canciones de Sui Generis, ¿ni siquiera Canción para mi muerte?... bueno. Pero también está la canción número 4, la cual (parafraseando al propio Charly García) va dedicada para Frances D: Pasajera en trance.

Canción ominosa que lentamente entra a escena. Es necesario que pasen 43 segundos para que la voz de Charly García tome la batuta en base a una letra que fácilmente trae imágenes a la mente. El rockero argentino remata las distintas líneas de la letra con un tono muy agudo, lo que da mayor dramatismo a, la de por sí, inquietante canción. Es digno de tomar en cuenta como la canción consigue un buen balance entre lo musical y lo lirico; la letra entra tarde y termina a los dos minutos para dejar espacio a casi minuto y medio de la melodía comandada por el piano.



Artista: Charly García.

Disco: Hello! Charly García MTV Unplugged.

Track: 4

Canción: Pasajera en trance

Duración: 3:20

Ella está por embarcar/

Quizás consiga un pasaje en la borda/

Ella está por despegar/

Ella se va//



Ella viaja sin parar/

El viejo truco de andar por las sombras/

De un comienzo sin final/

Ella se va//



Pasajera en trance/

Pasajera en transito perpetuo/

Pasajera en trance transitado los lugares ciertos//



Un amor real es como dormir y estar despierto/

Un amor real es como vivir en aeropuerto//

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Oliver Sacks describe como es que las forzadas posturas y la involuntaria rigidez de Frances D. se rompían como por arte de magia al escuchar un poco de música. Sacks describe como es que la señorita D adquiría una sobrenatural soltura al ser invadida por alguna melodía, para volver a caer en su lamentable y paradójica quietud, llena de tics, una vez que la música cesaba. Es grato imaginarla inundada por la atrapante melodía que emana del piano de Charly García…

“Pasajera en trance/ pasajera en transito perpetuo…” y ver la graciosa parsimonia de unos renacidos brazos yendo de aquí para allá.

El cuadro resulta encantador.

¡Levántate y baila Frances!