domingo, 19 de febrero de 2012

Nicolle Croisille y Pierre Barouh: Un homme et une femme (1966)

Hablemos de cosas que no conocemos.
Nada más divertido ni más liberador.

Me topé con el soundtrack de una película que aun no he visto. ¿Esto me impide compartirlo? No, mientras no quiera jugarle al experto de cine y comience a lanzar criticas sobre la trama, las actuaciones o la fotografía, estaré fuera de peligro.

De lo poco que se sabe,es menester hablar; diría un optimista Wittgenstein en un día muy soleado.



El acetato me llamó la atención desde el primer momento en que, de reojo, miré su portada en tonalidades sepia y blanco y negro. El título reza: Nicole Croisille y Pierre Barouh cantan Un Hombre y una mujer.
Un homme et une femme es (según lo consultado) una película de 1966 dirigida por Claude Lelouch, y escrita por él mismo, en conjunción con Pierre Uytterhoeven. Esta producción cosechó varios premios durante los años que siguieron a su estreno. La contraportada del disco nos habla de la Palma de oro del Festival de Cannes,también del Premio de la Oficina Católica de Cine Internacional, entre otros reconocimientos. Las credenciales son buenas, así que habrá que darle un vistazo a esta historia.



En lo que se refiere al soundtrack, que es lo que en verdad nos ocupa, las canciones inmediatamente nos remiten a esa idea que tenemos de lo que, se supone, es la música francesa. Es decir, las nueve composiciones dan muestra de ese sonido sensual, calmado y juguetón que nos comienza a sonar en la mente cuando escuchamos el nombre Francia. Un torrente de imágenes llenas de calles con pintores amateurs, de cafés con sillas metálicas -con forjas inspiradas en el art nouveau-, personas con camisas rayadas a blanco y negro, y una imponente Torre Eiffel; nos atascan la mente de todos aquellos que nunca hemos ido a la ciudad del amor.Los que jamás hemos pisado suelo francés seguimos conservando ese tipo de paisaje idealizado.

Un muy buen ejemplo de lo anterior es el tema principal de la película: Un homme et une femme. Canción escrita por Francis Lai, y embellecida por los arreglos de Maurice Vander e Ivan Jullien. Esta canción nos transporte a uno de esos escenarios de los que hablaba. Ese juego entre la inocentemente maliciosa tonada y los la-la-la femeninos resulta sumamente sensual. Esto sucede en cualquiera de las tres presentaciones de Un homme et une femme (ya sea su versión instrumental, con vocales de Croisille y Barouh, o en su acelerada ejecución titulada A 200 a l´heure).

Hay que hacer una mención especial a la cachonda Samba Saravah. Dicen que el alemán es el idioma de la guerra y el francés el del amor. Pues imaginen que pasa cuando se mezclan el idioma del amor con la sensualidad derramada en partituras: la Samba. Así como The Girl from Ipanema sensualizó el inglés, ocurre algo parecido con la francesa Samba Saravah. En lo personal, la coloco en el número uno, por encima de las otras ocho composiciones.



Si el amasiato entre Brasil y Francia es mí número uno, el segundo puesto lo ocupa la jazzera Plus fort que nous. Al saxofón le es natural irradiar sensualidad en cada nota, y este caso no es la excepción. Al parecer aquí hay un error, ya que Plus fort que nous se anuncia tanto en a cara A, como en el lado B del acetato. En el primero aparece marcada como instrumental, mientras que en el segundo se menciona que el tema cuenta con vocales de Nicolle Croisille y Pierre Barouh. Ninguna de las dos versiones tiene letra. Al parecer imprimieron el acetato con la misma versión dos veces, una en cada lado.

En lo que respecta a las voces de Nicolle Croisille y de Pierre Barouh, hay que decir que cumplen con su cometido. No fueron puestas ahí para destacar, sino para complementar la música de Francis Lai y las orquestaciones de la pareja conformada por Vander y Jullien. Las tonalidades de Croisille y Barouh nunca presentan algún prodigio vocal. No les interesa. Las interpretaciones siempre son monótonas (en el sentido literal del término: un solo tono) y rara vez opacan lo que les rodea. Esto ocurre inclusive en A l´ombre de nous, la canción más larga del Lp, y la única donde la voz lleva la batuta. La languida interpretación de Barouh engrana a la perfección con el tímido piano que la acompaña; el mismo bajo perfil guardan los otros pocos instrumentos de acompañamiento.


Una disculpa por adelantado es sinónimo de pecado cometido.

Aunque el sonido del acetato no es el más optimo, tampoco suena tan mal para algo que tiene más de cuarenta años. Traté de mejorar, en la medida de lo posible y con los pocos medios con los que cuento, el sonido de las canciones. El scracht de la aguja del tocadiscos siempre está presente, pero espero que eso no sea impedimento para recostar la cabeza un poco, cerrar los ojos e imaginarnos un idílico recorrido por las -también idílicas- calles francesas que construimos a la par de nuestros pasos.
Bon voyage!!!