domingo, 1 de enero de 2012

Hoy ¿voy a cambiar?

"No. 6
Moral. Mirada retrospectiva al año de 1846.
Según la opinión de todos los mejores y más sabios hombres, el día de Año nuevo es un día sumamente serio. Incluso aquel que en todo el año jamás asiste a la iglesia, en la mañana de Año nuevo, acostumbra ir a la iglesia; incluso aquel que nunca se detiene a reflexionar seriamente, cuando empieza otro año, tiene la costumbre de hacerlo. Si el periodo nada extraordinario en que cambiamos de servidumbre nos inspira muchos elevados pensamientos, ¡cuánto más no lo hará el día en que cambiamos de año! Y así como probablemente no haya una sola persona que al menos en algún momento de su vida no se haya dado una palmada en la frente y se haya preguntado: ¿qué es la verdad?, y en consecuencia, haya reflexionado sobre lo que es la verdad, de igual modo es poco probable que haya una sola persona -ni siquiera la más responsable- que en la mañana de Año nuevo no se haya sentido poseída por un estado de ánimo solemne y extraordinariamente serio." (Kierkegaard, Sören. Prefacios/ Muestrario de escritos. Traducción y estudio introductorio de Nassim Bravo Jordán. Universidad Iberoamericana, México D.F, 2011. Pág. 88-89)

Este fragmento, muy ad hoc para este día, forma parte del Muestrario de escritos (Skrift-Pröver) firmado por el buen A.B.C.D.E.F. Godthaab, una máscara más en el seudónimo museo de Kierkegaard. Dentro del carácter satírico del Muestrario... A.B.C.D.E.F. saca a colación ese anhelo de cambio con el que amanecemos el día de Año nuevo. Los animos de cambiar el rumbo y quemar las naves se despiertan con las primeras luces de este primer día del año. No es nada raro. Se entiende; si no cambiamos hoy... ¿entonces cuándo? No deberíamos asombrarnos por tener este tipo de actitudes, lo que sí deberia sorprendernos (y mucho) es la facilidad con la que mueren muchos de estos impulsos. La perseverancia no es un paliativo.
Porque después de todo, la intención NO es lo que cuenta.