sábado, 12 de enero de 2013

La última y nos callamos: Soundtrack de "Vivre pour vivre" (1967)

Ya había hablado de algo parecido aquí, y después volvió a salir el tema acá.
Lo juro.
Es la última vez que hablo sobre esto, o de algo que se le relacione.
Desde mi punto de vista, si vamos a dejar de hablar de algo, la última charla tiene que ser corta. Un consejo de cajón, y al que, curiosamente, pocas veces le hacemos caso, es aquél que nos invita a hacer concisas las conclusiones y más breves los epílogos. Y ese es un consejo muy sabio. Porque después de todo, ¿qué no es ese el error de los villanos?, cuando en vez de aniquilar a su némesis, la aleccionan con una alargada conclusión. Y a mí me suena más a egolatría, que a tortura psicológica. No es que quieran sustituir la incansable gota en el cráneo por la aceitosa palabra en el oído; detrás de eso solo están los puros reflectores. Los villanos son humanos, y los humanos somos animales, y al igual que a los animales las luces nos paralizan. Cegado pero en pose. La naturaleza es metrosexual.
Y si le escarbamos más, ahí mismo, en ese olvidado consejo, reside también, el porqué de que las discusiones se extiendan: nadie quiere concluir la conclusión; nadie quiere tener la penúltima palabra. Es de más valor la primera, sin embargo deseamos a sobremanera la última. Es infantil. Ansiamos la final mientras la tiene el otro, ya en nuestra lengua, se vuelve pastosa, se desgarra entre los huecos de nuestros dientes y nos parte los labios. !Hay que romper la cuerda emisor-receptor, y de regreso! ¿No dicen que el hilo se rompe por lo más esbelto? Que alguien pinche el globo de diálogo y que las palabras salgan a km/h; como en un estornudo. ¡Cuidado con las exclamaciones! Las interrogantes son más seguras, golpean, sí, pero solo para engancharse y terminar dando vueltas; expulsan el punto, pero no es ninguna bala perdida. Quizá, con suerte, un nuevo lunar. Si nos sentamos a meditarlo, pero en serio, hasta que...

 Un momento... lo estoy haciendo de nuevo. Estoy estirando el tema de más, por mero ocio.
Se va... se va... ¡se fue!.
De tajo.
Sin más:
Año: 1967.
Película: Vivre pour vivre.
Director: Claude Lelouch.
Soundtrack a cargo de: Francis Lai.
Mejor canción: Aujourd´hui c´est toi (con su sonido totalmente ajeno al Lp, y con su voz como de un Morrison de buenas).

Soundtrack de Vivre pour Vivre.

No lean, no hablen, simplemente escuchen.